A comienzos del siglo XXI, lo contemporáneo implica un claro deseo de afirmar un tipo de arte que se está expandiendo en todo el mundo, desafiando las antiguas fronteras geográficas y reclamando narrativas de lugar y desplazamiento; en otras palabras, nuevas prácticas culturales que transfiguran la relación entre lo global y lo local, y articulan el discurso de la diferencia. Estar en el lugar de aquí y ahora, trabajar con otros en la práctica simultánea y específica, y contemplar la producción de trabajo en la experiencia de conexión significa elevar el valor del aspecto performativo de la práctica y desplazar el papel reflexivo de la producción cultural. En la nueva cartografía de este arte global múltiple, el autor, que combina el discurso teórico y curatorial con la práctica creativa, define cómo circulan los conceptos globales desde el análisis crítico del arte contemporáneo transnacional hacia el global.