Ana Mendieta. Trazas de cuerpo-huellas que obliteran improntas

Lynda Avendaño Santana

ANA MENDIETA.
TRAZAS DE CUERPO-HUELLAS QUE OBLITERAN IMPRONTAS

Sin título (design on leaf) ,1982; 1982; 1984

Ana Mendieta (1948-85), posee una propuesta visual que no rehúye la complejidad del entramado político-social que le toco vivir, dándose que su obra emerge en parte sustancial de su formación en tanto sujeto vinculado dos mundos, Cuba su país natal (1) y U.S.A.. Cernida en esta conciencia, la artista desde muy joven hace el inventario y establece las relaciones entre las trazas y surcos, que ha dejado en su existencia la cultura que la vio conformarse inicialmente, de la cual, fue desprendida brutalmente en 1961 (y a la que, regresará por primera vez en 1981 (2)), cuando como refiere Raquelín Mendieta -hermana de la artista-, fueron “parte de la infamante Operación Peter Pan, [que como forma de oponerse a la medidas tomadas en el ámbito religioso por el gobierno de Fidel Castro, sacó de Cuba] entre 14.000 y 25.000 niños [los que] fueron enviados a Estados Unidos, sin sus padres ni parientes, bajo la tutela de diversas organizaciones religiosas, en gran parte organizaciones caritativas católicas, … Después de un mes en Miami [-dice Raquelín-] fuimos enviadas a Dubuque, Iowa” (3), donde la artista pasará gran parte de su corta vida, para luego estar un tiempo en Roma y luego en NY, donde fallecerá en un trágico y peculiar incidente a los 37 años (4).


1 Ana Mendieta, procede de una familia de la oligarquía cubana, siendo descendiente del General Oscar María de Rojas Cruzat, quien luchó en la Guerra de Independencia cubana (1895-98). El abrió el primer museo público en la Isla, en Cárdenas.

2 En Cuba, en el Parque Jaruco, realiza su serie Siluetas, donde alude a diosas Tainas.

3 Mendieta, Raquelín, Memorias de Infancia. En: Moure, Gloria (dir.), Ana Mendieta, Ed. Fundación Tàpies-
Centro Galego de Arte Contemporánea, España, p. 228.

4 La inconveniente muerte de Mendieta, nos lleva a preguntarnos que inquietudes hubiera abierto, impulsando a que salgan de las penumbras. El fallecimiento de Ana Mendieta a los 37 años, se produjo por su desplomamiento desde el 34 piso de un apartamento ubicado en Greenwich Village, en Manhattan (NY), perteneciente a su marido, el artista Carl André, con quien había contraído nupcias ese mismo año en Roma, y quien se encontraba presente al ocurrir el fatal hecho. Se dice que el matrimonio habían sostenido una violenta discusión, semejante a otras que habían mantenido en Roma; esto último se evidencia en cartas enviadas por Mendieta a sus amigas contándoles sobre aquello. André fue el principal sospechoso de la trágica caída de la artista. Luego de un largo juicio, donde los abogados de André sostuvieron que la artista cayó por accidente o saltó del apartamento por su voluntad, este fue absuelto. El juicio duró tres años, del 85`al 88`.